Hoy, 3 de marzo, se cumplen 39 años desde que cinco obreros
fueran asesinados y otros muchos heridos en Vitoria-Gasteiz por las
fuerzas de “seguridad” del Estado a la salida de una asamblea en la parroquia
de San Francisco de Asís, situada en el barrio obrero de Zaramaga.
La reunión se daba en el
contexto de una huelga en contra del decreto de
topes salariales y en defensa de mejores condiciones de trabajo, convocada en enero del mismo año. El 3 de marzo de 1976 era convocada por tercera vez desde
el comienzo del paro obrero una huelga general, secundada masivamente. El mismo
día, en la parroquia de San Francisco de Asís situada en la calle Vicente
Manterola, estaba previsto celebrar una asamblea de trabajadores. La policía,
con el visto bueno de los responsables políticos y a pesar del rechazo del
párroco, se determinó a desalojar.
— “Gasear la iglesia.”
—
“De
acuerdo.”
La policía disparó
gases lacrimógenos en un espacio cerrado, y mientras los obreros reunidos iban
saliendo asfixiados, cubriéndose la cara con pañuelos, los golpearon y
tirotearon. Dos resultaron muertos en el momento, y tres más fallecieron a
causa de las graves heridas recibidas, sin olvidar a los numerosos heridos de
diversa gravedad, muchos a raíz de los disparos indiscriminados.
—
“Que mande
fuerza aquí, que hemos tirado más de 2.000 tiros, cambio.”
—
“Esto es la
guerra en pleno, se nos está terminando la munición, hemos contribuido a la
paliza más grande de la historia, C.”
Manuel Fraga,
fallecido en 2012 sin haber sido juzgado por estos y muchos otros crímenes, era
el responsable de las fuerzas del orden durante los asesinatos de
Vitoria-Gasteiz. Dada su ausencia, el más tarde presidente de España, por
entonces Ministro Secretario General del Movimiento, Adolfo Suárez, era
quien cumplía con sus funciones. En 2008, el Parlamento Vasco consideró
responsables de los asesinatos y la represión sucedida en Vitoria-Gasteiz a
Manuel Fraga Iribarne, Alfonso Osorio y Rodolfo Martín Villa.
Todos ellos, junto con Adolfo Suárez y Jesús Quintana, fueron reclamados por la
justicia argentina para responder por sus crímenes.
Ninguno llegó
a cumplir pena.
Por que sus
nombres, los de Pedro María Martínez Ocio (27 años), Romualdo Barroso
Chaparro (19 años), Bienvenido Perea (30 años), José Castillo (32 años) y
Francisco Aznar Clemente (17 años), así como los de todos los obreros
asesinados y represaliados durante el franquismo y la mal llamada “transición
democrática”, no se borren de nuestras mentes.
NO
OLVIDAMOS
¡MEMORIA,
VERDAD Y JUSTICIA!
EZ DUGU
AHAZTEN
OROIMENA,
EGIA ETA JUSTIZIA!
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