Con
motivo de la celebración del día de la mujer trabajadora, este 8 de marzo desde
el Bloque Estudiantil de Somosaguas queremos denunciar la explotación y las
problemáticas concretas a todos los niveles que sufrimos la mujer trabajadora en
nuestras facultades.
Denunciamos la sobrecarga de trabajo a la
que se ven sometidas las compañeras de la limpieza; que tienen que
encargarse de limpiar la ingente cantidad de basura que se deja a diario en el
pasillo, pintadas en los lavabos, etc. además de lo propio de sus empleos ya de
por sí sobrecargados ante la negativa de la empresa de contratar el personal
necesario. Hacemos un llamamiento al conjunto del estudiantado a tomar
conciencia de la situación que esto genera sobre las compañeras y tratar de
ensuciar lo menos posible la facultad para hacer su labor lo más llevadera
posible.
Denunciamos
el trato vejatorio que sufren las
compañeras que trabajan en la reprografía de la facultad de ciencias políticas
y sociología por parte de algunos profesores, quienes minusvaloran su labor
llegándose incluso a extremos de desprecio personal y de violencia verbal.
Estas actitudes propias de déspotas no van a ser toleradas bajo ningún
concepto.
Denunciamos las situaciones de acoso sexual
que sufrimos el conjunto de las mujeres en la universidad. No es
comprensible como pueden seguir ejerciendo la docencia aquellos profesores que
han sido denunciados por actitudes machistas y acoso, llegándose a extremos
infames como intentos de agresiones sexuales sobre compañeras aprovechando
situaciones donde la alumna y el profesor nos encontramos a solas. Esto es algo
que no solo sufrimos las estudiantes, sino que nos afecta a todas las mujeres
de la facultad y que no solo se produce por parte de profesores, sino también
de alumnos. La misoginia y el machismo es una constante que debe ser erradicada
de nuestras facultades.
Todas
estas cuestiones han sido puestas en conocimiento de las autoridades
universitarias en diversas ocasiones, quienes siempre han asegurado que se
estaba trabajando en poner unas soluciones que jamás llegan. No podemos
hablar de universidad pública cuando la mitad de la comunidad universitaria,
además de sufrir problemáticas estructurales comunes al conjunto de la clase
trabajadora como la explotación laboral o las expulsiones académicas por
motivos económicos, tenemos que sufrir un trato machista, denigrante y
discriminatorio por nuestra condición de mujeres. Sin nosotras no hay universidad pública.
SIN LA MUJER TRABAJADORA,
NO HAY UNIVERSIDAD PÚBLICA
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